viernes, 14 de febrero de 2014

NEUROMARKETING



NEUROMARKETING

Desde sus comienzos, la actividad de marketing se sustentó en conocimientos procedentes de otras disciplinas, como la psicología, la sociología, la economía, las ciencias exactas y la antropología. Al incorporarse los avances de las neurociencias y la neuropsicología, se produjo una evolución de tal magnitud que dió lugar a la creación de una nueva disciplina, que conocemos con el nombre de neuromarketing.
El neuromarketing puede definirse como una disciplina de avanzada, que investiga y estudia los procesos cerebrales que explican la conducta y la toma de decisiones de las personas. Estos procedimientos abarcan todos los campos de acción del marketing tradicional: inteligencia de mercado, diseño de productos y servicios, comunicaciones, precios, posicionamiento, branding, targeting, canales y ventas. El neuromarketing facilita la comprensión de las verdaderas necesidades de los clientes y permite superar potenciales errores por desconocimiento de sus procesos internos y metaconcientes.
Por ejemplo, mediante la técnica de biofeedback5 se puede observar en el monitor de un ordenador la ausencia o presenciade emociones, como así también su intensidad, mientras un participante visualiza un comercial o experimenta con un producto.
Cuando se utiliza la resonancia magnética funcional por imágenes (FMRI), cada exploración permite ver en un monitor cómo y dónde se activa el cerebro ante cada estímulo mientras éste trabaja. Imagine el lector el alcance de esta metodología ya que, según las zonas cerebrales que se activen, podemos indagar (entre muchos otros aspectos), cuáles son los atributos de un producto o servicio que generan aceptación, rechazo o indiferencia.
Neurofeedback. Brinda información sobre la actividad eléctrica del cerebro;
Espectrografía mediante rayos infrarrojos: estudia la cantidad de energía que consume cada parte del cerebro, lo que nos proporciona información sobre la resistencia al cambio y los comportamientos automáticos en general.
Eye-tracking. Se utilizan anteojos equipados con tecnología avanzada para seguir el movimiento de los ojos cuando está frente a un anuncio.

El neuromarketing responde con un mayor grado de certeza muchas de las preguntas que siempre nos hicimos, por ejemplo:

  • Qué estímulos debe contener un comercial para lograr un mayor grado de impacto.
  • Cuál debe ser el nivel de repetición en cada medio para que una campaña sea efectiva.
  • Cómo debe investigarse el mercado para conocer “la verdad” sobre lo que sienten y piensan los consumidores.
  • Cuáles son los estímulos sensoriales que debe contener un producto para lograr la satisfacción del cliente.
  • Cuál es la mejor estrategia con respecto al precio.
  • Cómo se puede seducir a los clientes para que permanezcan más tiempo en un punto de venta, aumenten su volumen de compras y regresen.
  • Qué tipo de entrenamiento debe tener una fuerza de ventas para que sea competitiva.

Y todo esto con el objetivo de tener la certeza de que nos va a funcionar y no desperdiciar recurso en grandes campañas de publicidad fallidas.
Con ayuda de las neurociencias, se ha comprobado que la mayor parte de los métodos tradicionales de investigación, como las encuestas, las entrevistas en profundidad y los focusgroups sólo proporcionan información superficial sobre las causas que verdaderamente subyacen en la conducta de compra y consumo. Esto se debe a que tanto las respuestas a un cuestionario como las conversaciones guiadas durante la investigación motivacional obtienen información basada únicamente en la reflexión consciente cuando en realidad la mayor parte de las decisiones que tomamos tienen su origen en motivos no conscientes o mejor dicho en las emociones. Las personas por lo general no sabemos lo que queremos, muchas veces decimos que es lo que quisiéramos de un producto y cuando tenemos el producto que reúne todas las características que dijimos que queríamos, no lo compramos.

Algunas investigaciones han desvelado que aproximadamente el 80% de las compras que se realizan son irreflexivas, puramente emocionales; primero tomamos la decisión emocional y luego tratamos de racionalizarla para justificarla, por este motivo pensamos que la decisión es lógica. A la hora de comprar, activamos el piloto automático, aunque la mayoría de la gente no lo quiera reconocer, y es el piloto automático lo que tiene que estimular la publicidad. Para que una campaña sea efectiva, y siempre que el producto que se anuncia lo admita, es aconsejable dirigir los mensajes directamente hacia los sistemas de recompensa del cerebro, focalizando en beneficios relacionados con el placer y las emociones. Los mensajes publicitarios que provocan estímulos racionales apuntan a comunicar los beneficios del producto o servicio en el plano funcional. Sin embargo, las marcas mejor posicionadas son aquellas que han conseguido llegar al corazón del cliente, utilizando estímulos emocionales.

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